Las muelas del juicio son los últimos dientes en salir y en ocupar su posición en la boca. Son 4: dos a cada lado del maxilar superior y dos a cada lado de la mandíbula o maxilar inferior. Aparecen desde los 16 a los 20 años, cuando se supone que tenemos más juicio que cuando somos niños, de ahí su nombre. Pero estas muelas “perezosas” pueden aparecer más tarde o no llegar a salir nunca. 

En realidad, su función ahora no es tan útil como hace miles de años, cuando los homínidos las utilizaban para masticar mejor el tejido vegetal. Dado que tenían mandíbulas más largas, no tenían problemas de espacio y las muelas del juicio campaban a sus anchas. Hoy tenemos mandíbulas más cortas por lo que las muelas del juicio pueden causarnos problemas, aunque no siempre.

Cuando salen sanas, alineadas correctamente y se pueden limpiar perfectamente con la rutina de higiene bucal, son un aporte valioso a la boca y no es necesario sacarlas. Pero cuando salen torcidas pueden apretar las estructuras en la boca, dañar los dientes vecinos, (lo que los hace más propensos a las caries y la placa), la mandíbula e incluso los nervios. En estos casos es necesario extraerlas.

También pueden salir parcialmente porque no tienen suficiente espacio en la boca, lo cual las hace propensas a las caries y a otras enfermedades porque al ser difíciles de alcanzar con el cepillo y la seda dental acumulan bacterias.

Tu dentista o tu cirujano oral/máxilofacial determinará, a través de una radiografía, si es necesario sacarlas. Y puede decidir extraerlas antes de que causen problemas.

En caso de cirugía se te colocará anestesia alrededor del área donde se encuentran las muelas y la duración del procedimiento depende de la condición de tus muelas. Por lo general, durante las primeras 24 horas después de la cirugía, es normal:

– El sangrado: podría ser abundante durante las primeras horas. Se recomienda que te pongas una gasa limpia y húmeda en la cavidad y que muerdas firmemente. Aplica presión constante por lo menos durante 45 minutos. Una buena alternativa es usar una bolsa de té húmeda. El ácido tánico del té ayuda a la formación de coágulos para que sane la herida. No tomes nada con pajita y evita las bebidas calientes y si el sangrado continúa en abundancia y no se detiene, llama a tu cirujano de inmediato.

– La inflamación: Ocurre en la cara, alrededor del área de donde se extrajeron las muelas. Para disminuir la inflamación aplica un pedazo de hielo envuelto en un trapo en la parte que está hinchada por un período de 10 minutos. Retíralo durante 20 minutos y repite (varias veces).

Si el dolor es intenso puedes tomar Acetaminofén o Ibuprofeno. Si tu odontólogo o cirujano te recetó antibióticos antes de sacar las muelas del juicio para tratar o prevenir una infección debes continuar tomándolos hasta que te lo indique.

Debes tomar solo líquidos hasta que haya terminado el efecto de la anestesia y debes cepillarte los dientes después de las comidas. Pero evita tocar aquellos que están muy cerca de las muelas que te extrajeron. No uses enjuagues bucales porque pueden irritarte. Enjuágate con agua tibia y sal cuando hayan pasado 24 horas de tu cirugía.

Si te pusieron puntos en la herida y no son de los que se disuelven solos, tu dentista o cirujano máxilofacial debe quitártelos en alrededor de una semana.

Recuerda que extraer las muelas del juicio no es necesario para todo el mundo y en caso de extracción, tampoco es igual de un paciente a otro. Consulta tu dentista en Tirma López Clínica Dental para saber qué es lo mejor en tu caso particular.