Tirma López Clínica Dental

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¿Por qué riman salud mental y salud dental?

Salud mental y dental tienen algo más en común que su rima. Nuestra cabeza y nuestra boca comparten una estrecha relación, tanto que es necesario que una esté sana para que la otra también lo esté. ¿Quieres entender por qué? Aquí tienes algunos ejemplos que demuestran que cuando falla una de ellas también lo hace la otra, y viceversa.

– Estrés y ansiedad. Algunos de los trastornos más comunes derivados del estrés o la ansiedad es la dermatofagia, conocida como el hábito de morderse la piel del interior de los labios y mejillas, provocándose ampollas y desgaste del esmalte. Otro de los efectos del estrés es el bruxismo o hábito involuntario de rechinar la dentadura, que causa dolor mandibular y lesiones alrededor de los dientes así como inflamación de las encías.

– Desórdenes alimenticios. La boca es una de las mejores reveladoras del estado anímico y por eso es capaz de informarnos sobre si un paciente padece anorexia o bulimia. En el primero, la escasez de ingesta de alimentos priva al cuerpo de los nutrientes necesarios, lo que provoca osteoporosis, que debilita los huesos maxilares y su consecuente pérdida de piezas dentales. En el caso de la bulimia, los ácidos del estómago, presentes en los vómitos, atraviesan la boca erosionando el esmalte dental y provocando caries, decoloración y pérdida de dientes.

Si bien la odontóloga puede corregir estas lesiones en la boca, no puede tratar el trastorno de alimentación, por lo que dichas afecciones volverán a aparecer si las fallas en la alimentación persisten.

– Depresión. Como buena chivata que es, la boca puede dar la voz de alarma si el paciente sufre depresión. En momentos de tristeza y apatía permanente, las personas descuidan su higiene bucodental, por lo que pasan largos periodos sin cepillarse, dando lugar a infecciones en las encías, caries, sarro, alitosis, etc.

– Falta de educación. No conocer la importancia de tener una boca sana es perjudicial tanto para nuestra boca como para la de nuestra familia. En ocasiones los problemas bucodentales se asocian una “mala herencia genética”, cuando en realidad se trata de una “deficiente información heredada”.

– Temor a acudir a la clínica. Normalmente es un miedo fundado por los progenitores, ya sea consciente o inconscientemente. Si esta aversión tiene como resultado escasas o ninguna visita a su clínica dental nos encontramos con la pescadilla que se muerde la cola. El temor a los tratamientos dentales hace que el paciente no acuda a revisión. Como consecuencia, su dentista no puede alertar de leves afecciones que, con el paso del tiempo, se convierten en graves, que el paciente asocia a tratamientos más incómodos y dolorosos. Esto en muchos casos se confirma porque ha dejado transcurrir tanto tiempo que cuando acude al dentista sale dolorido. Así que se promete a sí mismo no volver ¡y empezamos de nuevo!

Estos son algunos ejemplos de cómo un problema mental puede traer consigo complicaciones en la boca. Pero la relación va también en el otro sentido, ya que afecciones bucodentales pueden causar estrés, ansiedad, temor, irritación, mal humor…

Por todo ello, haz que tu mente y tu boca miren en la misma dirección. En Tirma López Clínica Dental queremos garantizarte una boca sana, pero para eso necesitamos que tu mente también esté sana. Ya lo decían los griegos: Mens sana in corpore sano. Feliz día de la psicología.

 

Fotografía: Marcos de Madariaga

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